En los dos primeros artículos hacíamos referencia a la importancia de conocer la correcta definición de riqueza. Al hecho de que debemos ser conscientes de que su unidad de medida es el tiempo, no la cantidad de dinero. También hicimos hincapié en la importancia de no concentrarse tanto en lo generado como en aquello que lo genera. Hablamos incluso de fuentes de ingreso finitas e infinitas.
En este tercer apartado aglutinaremos todos estos criterios para respaldar un último comportamiento, tan importante como necesario: la construcción de activos. Como ya se ha tratado, el trabajo que cualquier persona puede desempeñar es finito, con lo cual también lo son los ingresos generados. Lo mismo diríamos del ahorro. Y esto es así porque desde el primer momento en el que se dispone de él tiene fecha de caducidad. En definitiva, el trabajo “activo” y todo lo que genera tiene fin. Tiene término. No es perdurable.
Lo ideal no es gastar lo generado por el trabajo activo. Lo ideal es invertir lo generado por tu trabajo activo (ingreso activo) en la construcción de activos que te generen un flujo de caja, recurrente y potencialmente infinito (ingreso pasivo). Y es, en todo caso, este flujo de caja el que se podría destinar a gasto. Es de esta forma como damos respuesta a los dos principios contemplados en los dos primeros capítulos: el tiempo y el origen de los ingresos.
Hemos hablado de ingresos activos e ingresos pasivos. Los ingresos activos son los que proceden de tu trabajo activo. Necesitas “estar”/trabajar para generarlos. Dejas de trabajar, dejas de generar. Los ingresos pasivos por su parte son los que se generan sin que tengas que “estar”/trabajar. Es posible que necesiten un trabajo inicial, pero una vez realizado este trabajo los ingresos se generan de forma recurrente sin necesidad de realizar trabajo alguno (ejemplo: para alquilar hay que buscar inquilinos, pero una vez encontrados ingresas sin necesidad de hacer un trabajo adicional). Por tanto, podemos concluir que una persona, al igual que un futbolista, será “rica” cuando sus ingresos pasivos sean superiores a sus gastos cotidianos. Ésta es la única manera. Debes construir activos que te generen ingresos pasivos. Debes construir tus propias máquinas de “imprimir billetes”.
En resumen, el esquema de la riqueza podría ser el siguiente:
Las razones del por qué muchos futbolistas acaban arruinados (I)
Las razones del por qué muchos futbolistas acaban arruinados (II)