Ver el fútbol lleva su propio ritual: quedar con los amigos, cervecitas, cacahuetes, patatas fritas… Y si encima juega España, no hay que olvidar la camiseta de la selección, pintarse la cara de rojo y amarillo y colgar la bandera en el balcón. Parecen pequeñas cosas, pero todo esto cuesta su dinero.
Según informa la consultora Nielsen, si España ganase el Mundial de Brasil 2014, el consumismo nacional aumentaría en 75 millones de euros. “La celebración de un Mundial de fútbol es una oportunidad única, ya que estos acontecimientos reúnen a los ciudadanos con sus familias y amigos, y se generan momentos de consumo especiales que pueden influir de manera satisfactoria en la confianza y, por tanto, en la recuperación económica“, informa el presidente de Nielsen en España y Portugal, Gustavo Núñez.
La consultora prevé la misma cifra de gastos que se produjo en España durante las tres semanas que duraron los tres campeonatos en los que la Selección española se proclamó campeona (Eurocopas 2008 y 2012 y Mundial 2010). Y es que mover 75 millones de euros en el consumo en tiempos de crisis es todo un respiro para la economía del país.