Ingolstadt, la ‘ciudad de Audi’, es una localidad de 130.000 habitantes en la región de Baviera, uno de los principales motores económicos de Alemania. La pasada semana el club de la ciudad, el FC Ingolstadt 04 logró el ascenso a la Bundesliga por primera vez en su historia. Ser un club prácticamente nuevo, fundado en 2004, y el apoyo de una gran multinacional – Audi, del grupo Volkswagen- no ha sido de gran ayuda para el club a la hora de generar simpatía entre los aficionados alemanes. Las comparaciones con el Vfl Wolfsburg, equipo controlado por Volkswagen, son inevitables.
Sin embargo, Peter Jackwerth, presidente del club bávaro, se niega a aceptar el rol de ‘equipo de empresa’ que en Alemania tienen Bayer Leverkusen y Wolfsburgo. El motivo de dicha etiqueta es que ambos clubes han estado históricamente controlados por empresas y por ende exentos de la alabada normal del 50+1 por la cual un inversor no puede poseer más del 49% de las acciones de un club alemán.
El motivo de la exclusión es que ambos clubes nacieron como agrupaciones deportivas de trabajadores de las fábricas de Bayer y Volkswagen respectivamente y sin interés económico alguno. Sin embargo, la inversión y el modelo deportivo de Red Bull (RB Leipzig) y SAP (Hoffenheim) en el fútbol alemán, sin bagaje histórico alguno, ha generado una gran discusión sobre el respeto de la Bundesliga hacia sus propias normas.
Por su parte, el presidente del Ingolstadt se mostró contundente ante los medios alemanes ‘Me niego a discutir sobre la etiqueta de equipo de empresa, porque no es así. El club aún mantiene el 80% de las acciones (Audi, 19,94%). Si nosotros somos un equipo de empresa, también lo es el Bayern de Múnich (Audi, 8.3%)’. Sin embargo, Jackwerth no niega que el apoyo económico de Audi ha sido clave para lograr el ascenso.
También se ha criticado el hecho de que con el ascenso del Ingolstadt el grupo Volkswagen (incluyendo su subsidiaria Audi) tendrá acciones en tres equipos de la máxima categoría alemana: Wolfsburgo, Bayern de Munich e Ingolstadt. Esto choca con la reciente decisión de la Bundesliga de prohibir la presencia de inversores en diferentes equipos con el objetivo de asegurar el juego limpio.
De nuevo Volkswagen parece ser la excepción. No es para menos. La multinacional alemana, a través de sus diversos negocios, apoya a un total de 16 clubs entre la primera y segunda categoría del fútbol germano.