El periodista Antonio García Ferreras, director del programa Al Rojo Vivo, ha denunciado un presunto “método” utilizado por el que era vicepresidente de los árbitros, José María Enríquez Negreira, para beneficiar al Barcelona en el arbitraje de partidos de fútbol
Según Ferreras, el número dos de los árbitros cobraba del Barça y premiaba a los árbitros que pitaban bien al equipo catalán, mientras que castigaba a los que se equivocaban en su contra. La investigación ha revelado que el Barça pagó casi siete millones de euros a Negreira, lo que ha llevado a la Fiscalía a denunciar al club como persona jurídica por un delito de corrupción de negocios. Según la tesis de la Fiscalía, el Barça pagó a Negreira para intentar “alterar de manera fraudulenta el resultado de la competición”. Esta práctica constituye un delito, aunque no se consiga el resultado deseado.
Los pagos comenzaron en 2001, durante la presidencia de Joan Gaspart, y continuaron durante los mandatos de Joan Laporta, Sandro Rossell y Josep Maria Bartomeu. Fue este último quien puso fin a los pagos, lo que provocó las amenazas directas de Negreira al club a través de burofax.
Salen a la luz las comunicaciones de Negreira
En sus correos electrónicos, Negreira amenazó al Barça con denunciarlos ante los juzgados si no se llegaba a un “debido entendimiento” en relación con su pretensión. La investigación ha determinado que los pagos del club al número dos de los árbitros tenían como objetivo influir en los resultados de los partidos y, por lo tanto, adulterar la competición.
El caso Negreira ha levantado una gran polémica en el mundo del fútbol y ha puesto de manifiesto la necesidad de erradicar cualquier tipo de corrupción en el deporte. Las instituciones deportivas deben trabajar para garantizar la transparencia y la integridad en el arbitraje de los partidos y en el desarrollo de las competiciones.
En definitiva, la denuncia de Antonio García Ferreras ha puesto al descubierto un presunto “método” utilizado por el que era vicepresidente de los árbitros para beneficiar al Barcelona en el arbitraje de partidos de fútbol. Los pagos realizados por el club a Negreira habrían tenido como objetivo influir en los resultados de los partidos y, por lo tanto, adulterar la competición.
La Fiscalía ha denunciado al Barça como persona jurídica por un delito de corrupción de negocios, lo que demuestra la gravedad de los hechos investigados. Las instituciones deportivas deben trabajar para garantizar la transparencia y la integridad en el arbitraje de los partidos y en el desarrollo de las competiciones, de manera que se pueda disfrutar de un deporte limpio y justo para todos.